martes, 18 de mayo de 2010

MITOS SEXUALES (VIRGINIDAD Y MASTURBACIÓN)


Virginidad

La virginidad, en términos generales, es el estado en el que un proceso se mantiene sin haber sufrido alguna alteración desde su origen, en forma de pureza.

En la sexualidad, es la condición de quien no ha tenido experiencias o relaciones sexuales. En el caso del varón, se habla también de castidad para señalar la ausencia de relaciones sexuales. El significado preciso varía entre culturas, religiones, e incluso entre individuos con estos valores similares.

La virginidad femenina

En gran parte de las culturas donde la virginidad tiene importancia, se refiere a la virginidad de la mujer, para la cual se suele usar como discriminante la existencia de un himen intacto o no.

Existen, entonces, dos criterios frecuentemente usados para determinar la virginidad para la mujer: a) el no haber tenido relaciones sexuales, y b) el tener un himen intacto. Para la primera, se encuentra el problema de definir qué es y qué no es una relación sexual: para algunos significa exclusivamente haber tenido un coito vaginal, es decir, la penetración de la vagina (para algunos, para decir que se trató de una relación sexual la penetración es penetración sólo si se hizo con el pene; para otros, la penetración puede ser con un dedo o con otros objetos); para otros, cualquier otro contacto que involucre los genitales se define como "relación sexual".

Usando la definición del himen intacto, una mujer puede participar del sexo oral o anal y seguir siendo, técnicamente, virgen. De igual manera, el himen se puede desgastar por razones diferentes a las relaciones sexuales, como el montar a caballo o bicicleta, practicar ballet, hacer gimnasia o hasta un golpe fuerte. Esta definición de la virginidad da origen a la práctica en algunos países de restaurar la virginidad quirúrgicamente, es decir, mediante una reconstrucción del himen. Hay que recordar, además, que gran número de mujeres nacen sin himen.

En religiones como la judía y la islámica, el himen intacto puede ser un factor importante del valor espiritual y un requisito para el matrimonio.

En varias culturas africanas aún se practica la infibulación de las niñas entre 2 y 8 años de edad, como manera de preservar la virginidad. La operación es realizada por una curandera o partera, generalmente sin anestesia, y consiste en una clitoridectomía seguida por un cierre vaginal semipermanente. Solamente se les deja una pequeña abertura para la secreción de orina y del sangrado menstrual. Es frecuente que las niñas sufran infecciones graves como resultado de esta práctica. Años más tarde, la vulva se abre con un cuchillo inmediatamente después del matrimonio o antes de un parto.

Organizaciones feministas y de derechos humanos critican la importancia de la virginidad de la mujer como un signo de desprecio hacia la mujer, como una muestra del machismo que no debería afectar a la propia intimidad y vida sexual de la mujer.


MASTURBACIÓN

La masturbación, tanto la masculina como la femenina, es la estimulación de los órganos genitales con el objeto de obtener placer sexual, pudiendo llegar o no al orgasmo. El verbo "masturbar" hace referencia a la práctica de la masturbación. Generalmente se entiende que se trata de una práctica sexual hacia uno mismo, aunque también se admite el uso del mismo verbo para la estimulación realizada sobre los genitales de otra persona con los mismos fines placenteros (como ocurre en la masturbación mutua).

La masturbación suele efectuarse con las manos o mediante el frotamiento de los genitales contra algún objeto adecuado. Cada día es más común el uso de los llamados "juguetes sexuales" para obtener este tipo de excitación.

Se atribuye a Sigmund Freud el descubrimiento de que la masturbación es algo común en la infancia. Pero tiene en su contra haber creído y mantenido hasta una edad avanzada que la masturbación adulta era la causa de una de las formas de neurosis conocidas por aquel entonces bajo el nombre deneurastenia, equivalente en la actualidad a la llamada fibromialgia o fatiga crónica.

Sin embargo, debemos más al conocimiento de la sexualidad humana en la actualidad a un coetáneo suyo: Havelock Ellis. Este autor no sólo señaló que la masturbación era común en los hombres, sino que también se trataba de una práctica habitual en las mujeres de todas las edades.

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